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La siguiente es una traducción que hice del artículo «The Case For Aliens Who Are Truly Alien«, publicado en Io9.com por Stephen Glodmeier, el 25 de diciembre de 2009.

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El caso de los Aliens que de verdad son Aliens

por Stephen Goldmeier

Traducción de David Pérez Marulanda

En Avatar, de James Cameron, conocimos una raza alienígena con la que nos identificamos inmediatamente: los casi humanos Na’vi. Mas simpatizar con seres ligeramente diferentes es fácil. Aquí hay algunos ejemplos de Cifi que nos dan verdaderos aliens.

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Es un constante motivo de quejas entre los aficionados a la ciencia ficción: ¿por qué los alienígenas siempre lucen tan humanos? ¿No debería una extraña nueva conciencia proveniente de un mundo lejano lucir más alienígena? Y no sólo en las apariencias, sino también en motivaciones y comportamiento.

Por ejemplo, no existen razones para asumir que una especie extraterrestre se vería como un humano con frente extraña, pero tampoco hay razón para asumir que los aliens tendrían una concepción humana de la propiedad, de las relaciones sociales o incluso del yo.

Mientras lo que parece ser una mayoría en la ciencia ficción se concentra principalmente en hacer sus aliens con un comportamiento tan humano como sea posible, hay unos pocos aliens en el canon que desafían nuestras percepciones sobre cómo serían verdaderamente. Aquí hay algunos ejemplos de verdaderos aliens alienígenas (algunos incluyen spoilers)

Solaris


En una de las pocas características comunes entre las dos versiones fílmicas de Solaris y la novela original, uno de los temas principales de la trama es la presentación de un verdadero “alien”. En Solaris, los científicos humanos se encuentran con un planeta que al parecer está cubierto por un océano viviente e intentan comunicarse con él.

El “océano” responde de la única manera en que puede: evocando manifestaciones vivas de las tragedias y vergüenzas profundamente escondidas de la tripulación científica. Los filmes apuntan al foco de la novela: los océanos vivientes son tan ajenos a la humanidad que sus intentos de comunicarse se parecen más a la tortura. Las tres versiones dejan a la audiencia sin pistas de qué es lo que quieren los océanos vivientes, y eso es mucho más realista que una comunicación clara entre dos especies fuertemente diferenciadas.

Los 456

Las motivaciones de los 456 en la miniserie Torchwood’s Chindren of Earth son mucho más claras: ellos sólo quieren a los hijos de la Tierra para lo que parece ser un horripilante uso narcótico. Pero lo que hace a los 456 un buen ejemplo de especie alienígena es que este uso nunca está claro y la humanidad no está en capacidad de estudiar a los aliens.

Este es otro traspié en las historias con extraterrestres: el descubrimiento de los secretos biológicos o científicos de los alienígenas provee las herramientas necesarias para derrotarlos. En esta historia el alien es desalmada y perturbadoramente extraño de principio a fin. Es como “Servir al Hombre” con un indudable giro Lovecraftiano.

La criatura de Medianoche


En el episodio de Dr. Who “Medianoche” (“Midnight”), vemos que en las historias de ciencia ficción  no se necesita siempre un alien malintencionado para encontrar un villano. En este caso el alien es verdaderamente repugnante y su forma de comunicación de “robo de voz” hace que el televidente se retuerza, pero al final, a los que tememos más no son a los aliens sino a otros humanos.

Y esto es lo que hace éste, junto con Children of Earth, una gran historia alienígena: no importa cuál sea la forma de vida extraplanetaria, lo más aterrorizante es la paranoia y la violencia inducida por el miedo causado por los extraterrestres.

Rama

Aunque que en Rama de Arthur C. Clarke Rama es en realidad un lugar, se revela otro traspié de la mayoría de los retratos de alienígenas. Cuando los humanos desembarcan en Rama y comienzan a explorar, se impresionan de cuán extraño es el lugar. Los “edificios” no parecen ser edificios, las “ciudades” aparentemente están deshabitadas y la sola dimensión e ingeniería del lugar revelan una falla elemental en cualquier análisis basado en suposiciones humanas.

Mientras que esto es inescrutable, otro concepto se abre un poco de espacio en las secuelas de Encuentro con Rama. El primer libro termina como podría terminar en la realidad: la nave se va y la humanidad no es más sabia de lo que era antes. Rama sigue siendo algo extraño, incluso después de que supuestamente todo es “revelado”.

(Cortometraje inspirado en Rendez vouz with Rama de Arthur C. Clarke)

Los Insectores y los Cerdis

Finalmente, en El Juego de Ender de Orson Scott Card y quizá más en su secuela La Voz de los Muertos, vemos dos nuevas razas extraterrestres que eventualmente desafían a la humanidad a tolerar e incluso a amar algo verdaderamente distinto. Los insectores inician en la historia como el temible antagonista, pero se descubre que sus actos de agresión eran realmente intentos de comunicación.  Por otro lado, los cerdis parecen salvajes e impredecibles al principio, pero sus actos  horribles eran realmente ceremonias de honor.

La realidad de estos libros, sin embargo, es que, cuando todo está dicho y hecho, los humanos en estas historias encuentran a la humanidad en ese “otro” inescrutable. Nos demuestran que algo amenazante e indiferente y enteramente alien puede volverse a veces casi humano. Incluso si eso significa humanizar ligeramente a los alienígenas, es una hazaña mucho más impresionante que la de simpatizar con versiones azules de nosotros mismos.

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El caso de los aliens que de verdad son aliens (traducción) by David Pérez Marulanda is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-Share Alike 2.5 Colombia License.
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